Vamos a dejar las cosas claras: en Colombia comienza y termina Sudamérica. Esto trae consigo el porqué de su encanto, lo mejor de los dos mundos. Tierra alegre, colonial y con todos los atributos que un viajero exigente puede pedir.
Nunca antes había visitado Colombia, pero sí países de colindancia así que tenía un idea de su vibra (también porque estuve obssesed desde que compré los pasajes y googlee todo Colombia”.) By the way, hablando de pasajes, estos son bastante económicos. Además, puedes ir en un vuelo directo, de dos horas y media y solo es una hora menos en Puerto Rico #NoJetlag. ¿Ya te dieron ganas de ir?
Siempre que voy a un país, me gusta visitar su capital primero. Como este viaje no lo podía extender demasiado #ReformaLaboral, escogí ir solo a Bogotá. Cartagena, Cali, Medellín: ¡Voy por ustedes! Cuando llegas a Bogotá te falta el aire… Literalmente. Esto porque la capital colombiana se halla a 2,600 metros sobre el nivel del mar.
De ladrillo se visten los edificios, una brisa fresca se hizo sentir y… ¡Ese acento! En eso resumo mis primeras impresiones de Bogotá. El transporte en la ciudad es relativamente fácil. Puedes usar Uber, taxi, o el metrocable. Los servicios en Colombia son sumamente económicos, así que los “lujitos” son más accesibles. Partiendo de esto, opté por pagarle a un taxista para que fuera nuestro chofer durante toda la visita. Esta opción la recomiendo 100%, pues estás siempre con alguien local, se acopla a tu agenda y siempre tienen buenas recomendaciones no tan tourist trap.
Claro, muchos ven a Colombia aka carteles, aka Pablo Escobar, aka cocaína. PERO, Hace tiempo que quedaron atrás los oscuros años en los que viajar por el país significaba sentirte en peligro y ahora puedes gozar de todos sus encantos en plena tranquilidad.
Millennial al fin, me quedé en un Airbnb de los más chulo en un barrio llamado Chapiñero, Para que tengan una idea es como un equivalente a Miramar. Con vista en cristales desde el cuarto hacia la cuidad, una terraza para darse un buen vino y walking distance de bastantes cosas, $300 por 5 noches con cupo para dos-cuatro personas, lo que me pareció una ganga. En otros barrios aledaños se pueden conseguir opciones más económicas y sencillas aun, pero esta zona tiene la localización ideal.
Sabiendo esto, consíganme aguardiente que comenzó la rumba. Aquí les dejo feedbacks de las principales atracciones que visité en Colombia. Y además, les incluyo recomendaciones de ropa para visitar cada lugar, según mi experiencia.
Cerro Monserrate
Viajar a América Central/Sur y no tomarse un a foto con una llama es como no ir. Aquí fue cuando tuve la mía. A minutos del centro de Bogotá, subiendo una gran montaña está la entrada al Cerro, se sube a través de un teleférico. Mientras asciendes vas teniendo una vista bestial de toda la cuidad. ¡Es enorme! A 3.100 metros sobre el nivel del mar, el Cerro Monserrate es una experiencia única.
Una vez subes hasta la catedral, justo detrás hay un mercado con artesanos nativos que venden mucho arte y productos derivados de la hoja de coca. Aprovecha y prueba el té de paso y almuerza en uno de los mejores restaurantes de la cuidad: Casa San Isidro.
¿Qué me pongo?: Para esta aventura debes optar por un outfit cómodo y que sea abrigado ya que estarás en la parte más alta de la cuidad y el friito y la humedad se sienten más. Los zapatos deben ser cómodos, porque se camina mucho y cerrados por el frío.
Almacenes de cuero
Colombia, el octavo país en cría de ganado a nivel mundial, tiene la capacidad de producir las pieles más finas del mundo. Todos los taxistas saben llevarte a esta área. Queda en las afueras del casco urbano de la cuidad. Son alrededor de dos cuadras de solo tiendas que consigues cualquier prenda de ropa o accesorio hecho en cuero. Y claro está el precio es absurdamente bueno para su tremenda calidad. La mayoría de las tiendas son de diseñadores locales que se dedican a confeccionar piezas únicas y a la medida. Te dan ganas de comprar todo aunque ni siquiera sabías lo mucho que te podía llegar a gustar el leather.
¿Qué me pongo?: Dado que estarás de tienda en tienda, probablemente midiéndote piezas, debes ir con ropa cómoda. Un mahón y una blusa chic acompañada de una pantallas grandes o algún accesorio, estarás más que bien.
Catedral de sal
Como a una hora de Bogotá queda un pequeño y encantador pueblito llamado Zipaquirá. Un poco más colonial que Bogotá, rodeado de ganado y olor a carne asada en sus calles. ¡Qué bello es todo! A leguas se nota que viven pocas personas y es rico en gastronomía. Subiendo por la montaña del pueblito está la mina de sal donde se sitúa la Catedral. Que me perdone (Antoni) Gaudí, pero la Catedral de Sal me impresionó más que la Sagrada Familia en Barcelona. Con eso se los digo todo.
¿Qué me pongo?: Para esta excursión debes ir con ropa cómoda y es ideal ponerse un jacket o algún tipo de abrigo que sea cómodo también. Les recomiendo tenis ya que dentro de la mina el suelo es bastante irregular y es oscuro. (No vayas a hacer un papelón y te caigas por andar “emperifollá”)
Andrés Carne de Res
Si le pides a una persona que ha ido a Colombia que te recomiende un lugar para ir a comer e ir de jangueo, 9 de 10 te dirán Andrés Carne de Res. ¡Es todo una experiencia! Es un restaurante que tiene varios pisos (El Cielo, La Tierra, El infierno, El purgatorio). ¡Ya se imaginan el vibe! La decoración está a otro nivel.
El menú tiene 70 páginas, sus especialidades son las carnes. No te deja de sorprender con su autenticidad, desde que te sientas hasta que pides la cuenta (si es que te acuerdas de ese momento). Por la noche se transforma en una discoteca que no querrás parar de rumbear y no puedes controlar la sangre latina.
¿Qué me pongo?: Aquí también te puede lucir con tu outfit. Es uno de los restaurantes más conocidos y lo frecuenta gente muy elegante. Dado que estarás indoor, puedes ponerte alguna falda corta con zapatos altos u optar por un trajecito casual/elegante. Recuerda siempre estar preparada para el jangueo.
Mercado de Pulgas
Esta experiencia fue la más cultural de todas. Todos los fines de semana, en carretera 7, al sur de la cuidad, se agrupan miles y miles de personas a vender todo tipo de cosas. Las calles están abarrotadas de personas, por lo que hay que caminar con la multitud e ir con calma. Es una experiencia genial. Puedes ver todo tipo de objetos curiosos, incluso antigüedades muy valiosas. Prácticamente el cliente es quien le pone el precio a los artículos. Los vendedores son muy humildes. A esto se le suman artesanos de alto calibre y agricultores con frutas frescas preparando jugos en las equinas. ¡Recomendado para un domingo!
Zona Rosa
Bogotá es una ciudad vibrante y cosmopolita. Esto trae consigo una vida nocturna exquisita para todos los gustos. Con más de 5 cuadras, la llamada Zona Rosa o Zona T, porque su calle principal es en forma de la letra “T”, aquí se agrupan los principales centros comerciales, las discotecas más grandes, los casinos, los mejores restaurantes y los lounges más cool.
Esta zona diríamos que es un Miami Beach maximizado. Cuando vayan de rumba aquí lleven zapatos cómodos, bailarán (mucho reggaetón) toda la noche. ¡Salud por los viejos tiempos de las canciones viejas de Wisin y Yandel! A los colombianos les encantan.
¿Qué me pongo?: ¡Manifiéstate! En la Zona Rosa encontrarás la gente más chic y fashion de Bogotá, plus es donde está el party. Para que tengas una idea: un little Black Dress con unas botas altas de poco taco (se camina y se baila mucho) y un oversized coat porque las noche son más frías.
En Fin, Bogotá tiene una infinidad de posibilidades que para que quieras volver más de una vez. Las personas son extremadamente amables y definitivamente es un país con un valor cultural incalculable. Su clima te permite sentirte cómodo y después que vayas una vez, será difícil que no quieras volver.
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