Comenzar a crear contenido sin tener una identidad establecida es como empezar a correr sin saber cuál es la ruta. A lo Forrest Gump: sin rumbo por ahí pa’ abajo sin tener idea hacia dónde vas o llegarás. ¿Cuál es el punto de tanto esfuerzo si no hay una estrategia detrás de cómo presentas tu marca?

Tener claro quién eres es esencial para guiarte en cómo ejecutarás y atraer efectivamente a tu audiencia, en lugar de confundirla. 

La identidad de marca se refiere al conjunto de elementos visuales o auditivos que la representan. Es la unión de todas estas características que crean una percepción clara de quién eres. 

Esta idea general de quién eres debe ser clara, real y consistente. Sin intentar imitar lo que ya existe o buscando desesperadamente encajar. No es lo que crees que deberías ser, es lo que eres y punto. Es por esto que en el proceso de construirla debemos aspirar a presentarla de la manera más genuina posible. Buscamos tener un efecto positivo en la memoria y el corazón de las personas. Por eso, cada paso que damos en dirección a construirla es importante.

 

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Tener consistencia en tu mensaje es lo que te ayudará a crear credibilidad para tu marca, dentro y fuera de las redes sociales. Es por esto, que deberá estar construida en una base sólida. Si dices ser alguien que no eres, si te metes en aguas que verdaderamnete no son alineadas a tu identidad se ve cuestionado tu propósito y por qué verdaderamente haces lo que haces. Toma con seriedad el poder que tiene el saber quién eres. 

El checklist para completar mi identidad: 

¡Trabajemos el esqueleto de tu marca! “Pasito a pasito, suave, suave-cito” te voy explicando qué tienes que hacer para crear tu identidad de marca y algunos consejos útiles que te podrán ayudar a tomar mejores decisiones durante esta travesía.

Si ya tienes una marca desarrollada, ¡uf! qué bueno por ti porque ya estás a un paso menos de construir la presencia digital que tanto quieres lograr. De todos modos, puedes completar la información según lo que ya sabes de tu marca para recopilarla. Si no, esta es la oportunidad perfecta para dejarme ayudarte a construirla y el principio de muchos sueños cumplidos. 

1) El nombre:

Escoger el nombre de tu negocio, concepto o medio (si se trata de algún blog, canal de vídeos, podcast…) es una de las decisiones más minuciosas antes de comenzar. Es la semilla que lo verbaliza y lo hace intangiblemente real. Con mucha razón se le suele dar tanta vuelta al nombre, pues es la expresión auditiva de tu marca. Es la primera impresión de quién lo escucha y lo que pasará de boca en boca entre los receptores.

La presión es tan real al punto de empañar nuestra mente con demasiadas posibilidades. Reconoce que todo toma su tiempo y las ideas llegan en el momento menos inesperado. Solo relájate recordando que la inspiración viene de lo más simple y está en todas partes. Cuando sueltas el control, es que recibes la recompensa. Eso sí: al César lo que es del César. Para obtener un buen nombre hay que saber reconocerlos. ¿Qué crees que es lo que te hace recordar el de tus marcas favoritas? O más específico, ¿a qué tipo de nombre te ves atraído? Quedarás fascinada con las historias y/o significados detrás de los nombres de las marcas más reconocidas del mundo. 

El nombre tiene que venir primero porque es alrededor de él que se monta el diseño. Se complementan para contar una historia. Para algunos toma un largo tiempo, para otros todo lo contrario, lo importante es que intuitivamente se sienta correcto para ti. Just chill y deja que tu mente haga lo suyo. 

10 consejos e ideas para escoger el nombre de tu marca

Antes de empezar, si estás segura que lo que quieres tener es una marca personal, que gire alrededor de todo lo que tienes que ofrecer como persona, andas con suerte pues no tienes que darle mucha cabeza. Es tu nombre y apellido. ¡Punto! Como ya lo sabes, podrás continuar con el próximo punto en la lista de cotejo para completar tu identidad. 

• Libera las palabras:

  Vamos a poner a esa mente a trabajar. Busca con qué anotar y en los siguientes recuadros provistos escribe las distintas palabras que te vienen a la mente cuando piensas en lo que quieres hacer. Ya te veo tratando de controlar la situación, pensando dos veces si escribir X palabra o Y, pero es primordial no curar lo que pasa del cerebro al lápiz. Simplemente escribe. No descartes NADA. Entre más palabras tengas, más fácil será para ti luego hacer asociaciones, entrelazar, crear combinaciones y/o analizar profundamente una lista de posibles nombres. ¿Qué existe ahora mismo?: Haz una búsqueda de lo que ya hay en tu categoría para no repetirlo. Es bien fácil caer en lo cheesy y en la norma de lo que se suele esperar. Sin embargo, porque algo no se haya hecho no significa que está mal o no funciona. 

• Una mirada al pasado:

  La etimología es la ciencia que estudia el origen de las palabras, su historia y cómo se formaron. Tómala en consideración para encontrar el significado de esas palabras claves para tu marca. Descubre de qué vocablo se derivan y qué otras versiones de la palabra habían. 

• Traduce a otro idioma:

  para ver cómo se escriben o se escuchan, e identificar si alguna de las traducciones te inspira para el nombre.

• Conjuga los verbos:

  Puedes incluir conjugaciones verbales para así tener la palabra en distintos tiempos y sinónimos precisos para tener variedad.

• Hora de jugar Tetris: 

  Rompe, juega, mezcla, forma algo nuevo con las letras, sílabas o algunas partes de palabras. Crear un nombre completamente original es un grandioso reto acompañado de una navaja de doble filo. Si gusta, ¡será todo un éxito! Si no, arrancaste con el pie izquierdo. Enfócate en cómo se escucha, se escribe y se lee. Valida la respuesta de tu audiencia haciendo antes un grupo focal o encuesta cerrada para ver si funciona la idea. 

• Escoge letras estratégicamente:

  Por el sonido, algunas tienen más que poder que otras. Busca palabras según las letras que te convengan según tu audiencia. 

• Un homenaje al creador:

  Algunas marcas están nombradas después de sus fundadores (ya sea parte del nombre o el apellido, completos, iniciales o abreviaciones), puedes hacer lo mismo especialmente si se trata de alguna línea que involucre productos de algún talento o servicio de la persona. (Por ejemplo: una diseñadora o una chef). Sin embargo, nota no es lo mismo que una marca personal.

• Date tiempo para considerar:

Continúa trabajando en las mejores opciones que tengas hasta el momento. El tiempo es lo mejor para aclarar la mente en tiempos de duda. Busca retroalimentación, no al nivel de abrumarte, y toma una decisión que se sienta correcta para tu corazón. 

•  Pasa la prueba de fuego:

Verifica si el nombre que has seleccionado tiene un dominio disponible en la web (si tendrás página web) y en las redes sociales. También cerciorarte en el registro de marca que no exista otra marca ya con ese nombre. De no estar disponible el usuario en las redes sociales, y estás segura que ese es el que quieres, busca la manera de añadir símbolos o palabras para encontrar un nombre de usuario que esté disponible y siga honrando el nombre de la marca. Finalmente si pasa el chequeo digital, estás ready para la próxima etapa. 

Asegúrate que el nombre de una marca sea:

• Pegadizo (que se escuche bien y tenga su swing) – debe ser auditivamente catchy 
• Fácil de pronunciar – la gente no tiene problema en decirlo o entenderlo al escucharlo 
• Corto (preferiblemente) – no tiene palabras de más innecesarias 
• Memorable – deja una huella en la mente de otrxs 
• Lo contrario a fresita – no es predecible o ya hay muchas

2) El logo:

Antes de crear tu logo, recuerda… 

• No lo subestimes:

  Una de las primeras inversiones que debe hacer un negocio digital, así sea una marca personal, es un buen logo. ¿Qué querrás decir con el? Será la representación visual de tu empresa por los próximos años –quién sabe si décadas– y es lo primero que la gente se lleva de ti en su memoria. Lo usarás en todas tus comunicaciones oficiales, tu website, productos, promociones, tarjetas de presentación, la firma de correos electrónicos, publicaciones… en fin, ¡para todo! 

• Manténlo simple:

  Piensa en los logos de tus marcas favoritas, esas que consumes todo el tiempo. Si te fijas, la mayoría de sus logos son sencillos. Es una idea simple ejecutada de una manera diferente, innovadora, memorable. Algunas de las características que comparten es que son leíbles, utilizan colores sólidos e íconos definidos, pero sobre todo, van al grano. Uno de los errores que más veo cometer es que intentan que el logo tenga demasiados elementos, cuando con menos se dice más. También en términos de ejecución (añadirlo a anuncios, redes sociales, etc.) es mejor que se trate de un ícono limpio para llamar su atención. Querrás crear un impacto, pero no con distracciones innecesarias.

• Dale cabeza:

  Toma en consideración cuál es el vibe que quisieras para tu logo, según la audiencia que tienes y el propósito de tu marca. Descríbelo con adjetivos específicos: elegante, vanguardista, minimalista, clásico, divertido… Adelántate a pensar cómo lo visualizas y por qué. ¿Qué lo puede hacer especial? Recuerda que todo deberá tener una razón de ser. Busca inspiración para tener una idea de lo que quieres antes de delegar la tarea. Lo que me lleva al siguiente punto. 

• No lo hagas tú:

  Consigue un experto en diseño gráfico que tenga experiencia creando logos para que trabaje el tuyo y a la vez, te ofrezca recomendaciones a base de su conocimiento. Confía en mí cuando te digo que, ¡esto puede llegar a ser un papelón! No querrás que caiga en las manos equivocadas. Lo que significa que los logos cuestan y no se debe escatimar. Asegúrate que se te haga entrega en formato PNG (fondo transparente) y PDF. Además, tener al menos 2 versiones de color (blanco y negro). 

• Debe ser memorable: 

  Cuando la gente lo vea tendrá que pensarte y cuando te piensen tendrán que verlo. ¿Me sigues? Deberá causar una impresión en la mente de quien lo ve y lo recibe. Una gran marca tiene un buen logo. 

3) La tipografía:

Cuando dijeron que cada detalle cuenta, no se equivocaron. Una marca sin fonts es un desastre visual. Primeramente porque queremos consistencia y no tenerlas establecidas equivale a caos. En segundo lugar, las tipografías de tu marca también son capaces de comunicar un mensaje, y la letra correcta tiene el poder de elevarla o estrellarla. Preguntarnos qué tipografías queremos usar y escogerlas correctamente nos permite ampliar aún más el mensaje y la apariencia visual de nuestra marca.

¡Hay estilos para todos los gustos! Algunas son tradicionales, mientras otras más modernas; existen versiones formales frente a casuales; unas limpias y minimalistas, contrario a otras extra decorativas. Una vez tomada la decisión lo importante es que sea leíble para que te permita comunicarte sin ningún problema. 

Descubre el tipo de tipografía que te conviene:

Serifa: Tradición y respeto 

Es la tipografía más antigua que existe. Se le llaman así a las letras que tienen un trazo o línea, como adorno, al final o al principio de su formación. Piensa en Times New Roman o Baskerville. Son letras tradicionales y fáciles de leer en cualquier medio impreso, especialmente si se trata de un texto extenso. Los rabos de esta tipografía hacen que te fluya la vista de una letra a otra. Es por eso que son las favoritas de los periódicos, libros y revistas para usar en titulares, el cuerpo del texto y logos. Aunque hay varias subcategorías dentro de Serif, este estilo es caracterizado por establecer elegancia, autoridad, conocimiento, historia y calidad. 

Sans Serif: Moderna y limpia

Una tipografía moderna y simplista. Sans significa “sin” en latín. Por ello, son letras planas que no tienen trazos en sus bordes esto haciéndolas lucir mucho más casuales. Piensa en Helvetica o Arial. Son más leíbles en medios digitales donde las pantallas se adaptan según el dispositivo desde dónde se lee. Como no tienen detalles, en baja resolución estos no se pierden. Esta es la razón por la que se utilizan especialmente para contenido digital (páginas web, blogs, aplicaciones, redes sociales, programación) 

Cursiva: Elegancia 

Un estilo de tipografía que imita la escritura o caligrafía humana. Es más personal y suele usarse para textos cortos y expresivos. Son muy comunes en titulares, invitaciones, postales, firmas y contenido digital. Estas varían desde versiones formales proyectando lujo y elegancia; hasta más casuales proyectando creatividad y diversión.  

Decorativa: Única 

Es aquella tipografía que tiene un estilo bien particular e individual para encajar en algunas de las categorías anteriores. Se caracterizan por ser un diseño original, con una naturaleza fantasiosa, pueden tener muchos adornos o representar alguna época de tiempo, días de fiesta en el año (como San Valentín o Navidad) o tener algún aspecto cultural o temático. Como es de esperarse, es ideal para poco texto. 

¿Dónde puedo conseguir tipografías?

Tu computadora tiene una lista de tipografías genéricas por donde puedes comenzar la búsqueda, pero precisamente porque son genéricas es más probable que cualquier otra persona en el mundo la tenga o encuentre. Si quieres variedad, gratuitamente en la web hay un sin número de tipografías disponibles esperando por ti. Necesitarás varias, según el tipo de texto que quieras plasmar. ¿Se trata de un titular, un subtitular o el cuerpo, que es el texto más largo y principal? Una vez encuentres las que te gustan, y la que funciona para cada cual, puedes descargarlas a tu computadora e instalarlas. De esta manera, las tendrás contigo cuando necesites usarlas manteniendo una imagen consistente.   

Insider Tip: Los files de tu tipografía guárdalos en tu sistema de almacenaje preferido (ej: Google Drive, Dropbox o tu computadora), por si luego necesitas compartirlos con otras personas que trabajarán con tu marca. 

Determina la tipografía de tu marca para cada cosa:

Escoge un aproximado de tres fonts, asignándole un propósito a cada uno, para así tener variedad al momento de diseñar tu contenido. Búscalas teniendo en mente el propósito de cada una. 

• Para titulares o textos grandes

• Para  subtitulares o sub-copys

• Para texto principal y el cuerpo

Si tienes recursos de sobra, la opción más espectacular es crear una tipografía original para tu marca. No hay posibilidades de que otra persona en el mundo la tenga y se puede usar en el logo y como el font principal para títulos. De cualquier manera, no importa de dónde provenga la letra lo importante es que baile bien con la canción de tu marca. Algún día llegaremos a donde tendremos que llegar, así que mientras trabaja con lo que tienes. 

4) La paleta de colores:

¡Qué vivan los colores! A mí me encantan porque juegan un papel importante en cómo nos comunicamos. Sin darte cuenta, tu cerebro ha construido una representación o idea de lo que significa para ti cada color en el espectro. Lo mismo pasa con las audiencias. Estas son capaces de reconocer marcas por una identidad visual repetitiva en cuanto a sus colores se trata. No tengo duda que podrías nombrar ahora mismo los colores principales de tus marcas favoritas e incluso tratar de descifrar por qué lo usan y qué representan. 

Inevitablemente los colores serán parte de tu identidad. Antes de comenzar a crear, deberás pensar en esas tonalidades que representan mejor el mensaje que quieres llevar con tu marca. Estos tienen la capacidad de provocar emociones, reacciones y conversaciones.

Considera el simbolismo detrás del espectro para que puedas escoger una paleta de colores alineada a tus ideales. Estos formarán parte de tu identidad, por eso deberás pensar qué tonalidades representan mejor quién eres y qué combinación es la perfecta para tu marca. 

La psicología del color:

De acuerdo al significado detrás de cada uno de los colores de esta lista, identifica qué colores representan mejor a tu marca. Recuerda que más adelante podrás varias las tonalidades de cada de uno de estos. 

Jugando con mi paleta: ¡adentrémonos en el arcoíris!

Querrás que cada color en tu paleta tenga un propósito. A estos son los que recurrirán para desarrollar cualquier comunicación visual de tu marca. Trata de escoger un mínimo de dos (uno principal y uno secundario), sino tres también es un buen combo. Hasta cinco te aseguras de tener una paleta variada de colores primarios y secundarios. Estos pueden variar por temporada o happenings importantes de la marca.

Ahora toca empezar descifrar esas combinaciones específicas que representarán a tu marca. Profundiza en los matices de cada color. ¿Será cualquier rojo o será uno pastel coral? Tal vez uno vino oscuro… ¡quién sabe si tirando a naranja! Las posibilidades son infinitas y más cuando puedes jugar con todo el espectro. 

1. La base: Abre una página blanca en tu programa de diseño favorito (deberá ser de diseño para poder identificar el código numérico del color escogido). Te recomiendo CANVA que es súper user-friendly y tiene una versión gratuita. 
2. Cuadrados por doquier: Por cada color que escogiste, crea una fila vertical de 4 a 5 cuadrados. La pantalla te deberá quedar llena de cuadrados de colores. 
3. Manipula los matices: Una vez los tengas todos acomodados, juega con el matiz de cada uno de los cuadrados debajo del color base. Experimenta para encontrar la tonalidad que mejor va contigo. 
4. La combinación: Inspírate y mezcla las tonalidades entre sí hasta que encuentres el combo de 3-5 colores perfectos para tu marca. Busca inspiración en Pinterest de paletas de colores que representan tu identidad visual. 
5. Identifica tus códigos númericos: cada color tiene un código que lo identifica. Ten claro los códigos exactos de los colores de tu marca para mantener la consistencia en distintos medios.

5) Look & feel de los visuales:

Haz un moodboard del overall esthetic que vas imaginando para tu marca. ¿Qué tienes que hacer? Recopila imágenes, ilustraciones y diseños que llamen tu atención, te inspiren o las sientas de alguna manera relacionadas con tu proyecto. Puedes crear un board secreto en Pinterest y ahí mismo hacer la búsqueda utilizando palabras claves. Entre más imágenes añadas, mejor podrás entender cuál es el look de la marca. 

Una vez tengas suficientes, queremos encontrar ese denominador común que las une. Es en ese momento tendrás una idea más clara de cuál es la estética visual de tu marca. Eso te ayudará a describirla y más adelante crear tu contenido para las redes sociales. 

Pregúntate: 

• ¿Quiero visuales vibrantes, que abracen el color, o prefieres que sean más neutrales y limpios? 
• ¿Qué colores resaltan en los visuales de la marca?
• ¿Quieres darle algún toque específico a las fotografías? Esto puede verse traducido como colores vintage/retro, los bordes siempre blancos, usar siempre un filtro específico
• ¿Cuán editadas deben estar las fotos: crudas, orgánicas, naturales vs. más producidas, curadas, editadas? 
• ¿El contenido deberá ser producido siempre en alta calidad, es decir cámaras profesionales, o también es aceptado contenido más simple, sacado del celular?
• ¿Qué tipo de shots son ideales para tu marca? Ejemplo: Si es de viajes, se puede incluir drone shots, paisajes, headshots, 3,4 full shots, close-ups, etc. 
• ¿Qué elementos o gráficas se destacarán o caracterizarán los visuales creados para tu marca? (Ej: Símbolos específicos, curvas, líneas, etc.) ¿Cuán sencillos o innovadores son los diseños?

6) La Personalidad

Crea un perfil y descubre la personalidad de tu marca 

¡Esta parte es divertida! Para tener una idea mucho más clara de quién es tu marca y cómo puede expresarse, es más fácil crearle una personalidad a base de un perfil. Es preguntarte quién y cómo sería tu marca si fuese una persona. Es adjudicarle nombre, edad, profesión, lugar de residencia, hábitos, intereses y comportamientos para cuando vayas a escribir cualquier comunicación te imagines ser esa persona y te salgan los textos mucho más rápidos y alineados a lo que representas. Detrás de cada decisión creativa, piensa qué haría esa personalidad que has creado para tu marca. 

Si esta fuese una persona, ¿cómo sería? ¿Puedes imaginarla? ¿Cómo es su forma de ser? ¿Cómo se expresa? Una vez esté bien conceptualizada, es lo que te hará a ti ser tú y diferenciarte del resto de las marcas o plataformas dentro de tu misma categoría. Las personas comienzan a recordarte no solo por lo que les ofrece, sino cómo les haces sentir cuando les hablas. Es lo que les hace interactuar, pues sienten que te conocen. Más que una marca, eres un amigo, una voz, un ideal. 

Cuando tu marca eres tú (una marca personal) se da por sentado esta información. Tu personalidad es tu personalidad. Reconócela y sé fiel a ella. Entre tanto ruido, eso es lo que te hará único y diferente. Por eso: you can’t fake it! De ser así, se siente y se sabe cuando el mensaje no es real.

7) El tono y la voz 

Es natural que cómo te expreses en una reunión con clientes no sea igual a cómo lo haces con tus mejores amigas, entre margaritas, luego de un largo día de trabajo. Al igual que dirigirse a una audiencia de una generación no será lo mismo que dirigirse a otra. El mensaje que quieres llevar podrá ser el mismo, pero cambia cómo lo dices. Tomando en consideración, quién lo recibe y dónde se comparte, para asegurarte que resuene y llegue de la manera indicada a la persona indicada. 

Son características en tu comunicación escrita y verbal que resaltan la personalidad de tu marca para hacer un clic entre el receptor y tú. Hay marcas que son extra amistosas, unas más rebeldes, otras seriamente tradicionales. Unas atrevidas y humorísticas, otras más corporativas y serias. Las verás atrevidas y humorísticas, como otras más corporativas y serias. Unas bien casuales y otras bailando con la formalidad.  ¿Cuál tú serás? Pronto lo averiguaremos.

Beneficios de un tono de voz consistente: 

• Le brinda confianza a tu comunidad
• Crea creedibilidad y lealtad 
• Profundiza la relación con tu audiencia 
• Brinda una percepción positiva a tu marca

8)Valores y propósito:

Declaración de la marca, trabaja en una frase que resuma a tu marca bien

Toda marca debe aspirar hacia algo, un objetivo principal, una idea colectiva que los inspira a trabajar todos los días. Es por eso que deberá tener un aspecto humano: ese corazón que late por una causa más grande que sí. 

¿Qué haces? ¿Para quién lo haces? ¿Por qué lo haces? ¿Cómo lo haces? ¿Hacia dónde vas? ¿Qué buscas lograr en el mundo? Las respuestas a estas preguntas son importantes y con ellas podrás entender cómo usar las redes sociales asumiendo responsabilidad social, en lugar de publicar por publicar o vender por vender. Es esto lo que te ayudará a conectar a un nivel más emocional y humano con tu audiencia. 

EJEMPLOS DE MISIÓN vs. VISIÓN

Estos son mis valores:

Los valores son los que le permitirá a tu audiencia conectar contigo desde un nivel mucho más personal y significativo, identificando a tu marca con las actitudes positivas que también aplican a su vida. Entre más entienden tus valores, más conectada estará la marca con el exterior. Con lo que verdaderamente importa. 

Quizás te importa el medio ambiente y quieres crear una marca eco-amigable, que ayude y promueva el cuidado de nuestro planeta. Por lo que la sustentabilidad es uno de tus valores centrales. A lo mejor quieres tener una marca que celebre la diversidad en todo su ser: de ideas, de géneros, de backgrounds, de culturas, de historias. Tal vez, una empresa que valore el descanso por encima de la productividad tóxica.

Estos valores serán un espejo del comportamiento de tu marca en todo momento. Desde la cultura de trabajo que creas en la oficina, la manera en que tratas a tus clientes, la experiencia de apoyarte… ¿me sigues? Escoge de tres a cinco y compártelos con tu equipo para que todos vayan hacia una misma dirección con las mismas prioridades. 

Branding: lo que crees, pero no es

Al final puedes decir que tu marca es tal cosa, pero lo que importa es lo que tu audiencia dice que es tu marca. Son las acciones, la ejecución, lo que pone a prueba si de verdad tienes una excelente marca o si hay algo que no se está traduciendo del dicho al hecho.

Una vez trabajada tu identidad, esta será el norte principal al desarrollar tus comunicaciones verbales y no-verbales. Se deberá considerar en todo momento para todo. Esto incluye cómo te comunicas con tus empleados, el ambiente y la cultura de trabajo, la manera en que luce su espacio, cómo contestan las llamadas, los mensajes y comentarios en sus redes sociales, el diseño de sus documentos y la apariencia de sus correos electrónicos. La lista puede continuar infinitamente. En fin, todo lo que hagas con tu concepto, cada decisión que tomes y cada paso que des, se verá reflejado –positiva o negativamente– en tu marca. Sé consciente para así no darla por sentado. 

Mantente abierta al cambio y atrévete a romper las reglas a tu manera. Las marcas son solo eso, mientras que los humanos estamos en constante evolución.

Escrito por:

Nathasha Bonet

Periodista y comunicadora puertorriqueña con más sueños que ropa. Escribo desde mi casa despeinada. Experta en crear contenido para las redes sociales. Me gusta compartir historias que ayuden e inspiren a la mujer a ser la mejor versión de sí mismas, de adentro hacia afuera.

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