Mi Amiga Fiel: Recordando a Emma
Mayo fue el mes de mi vida que mi primera perra Emma murió. Al igual que recuerdo claramente el día que la rescaté de una carretera súper transitable en Puerto Rico, recuerdo no solo cada uno de los momentos que vivimos juntas, sino el momento que poco a poco la iba perdiendo en mis brazos de camino al hospital. Irónicamente su muerte fue a causa de un accidente de tránsito. Lo que vino acompañada de mucha culpabilidad, vergüenza y el sentimiento de que lo pude haber evitado.
Aunque me crié rodeada de animales, Emma, quien era una satita chihuaha, había caído del cielo; y era mía. Recuerdo el momento que llamé a una de mis mejores amigas porque estaba llena de garrapatas, y yo no era muy diestra ni con garras ni con patas. Como una escena sacada de Marley & Me, se nos escapó de la bañera, nosotras detrás de ella corriendo por todo mi apartamento, para luego sentarnos a escoger su nombre. Estaba entre Bella y Emma, que significa “la que es fuerte”, y no necesité mucho tiempo para darme cuenta que había vivido una vida difícil antes de mí.
Le tenía respeto a todo, y conmigo sus ojos emanaban puro agradecimiento. Aunque en casa lo tenía todo, se me escapaba todo el tiempo, dejándome claro que ella era libre, como su madre. Dicen que los perros se parecen a sus dueños, y ella y yo éramos como almas gemelas. Era quien me entendía.
Consejos para el duelo de tu mascota
La pérdida de una mascota puede ser igual de dolorosa que la de un ser humano cercano, ya que nuestras mascotas ocupan un lugar único en nuestras vidas. Son testigos de nuestros triunfos y nuestros fracasos, nos consuelan en tiempos de angustia (Ia mía me daba besitos en mis lágrimas) y nos alegran con su presencia incondicional.
Sin embargo, como todas las historias tienen su final, llegó el día en que tuve que despedirme de mi dulce Emma. Su partida dejó un vacío inmenso en mi corazón y me sumergió en un dolor profundo que parecía insuperable. Todos los días lloraba y la veía en todas las partes de mi hogar que estuvo, y ahora no estaba. Dicen que nuestras mascotas parten cuando cumplen la misión que tenían con nosotros en la Tierra. Por más que sentía que nos faltaba muchísimo por vivir juntas, sabía que todo el tiempo del mundo nunca sería suficiente.
Todos los duelos se sienten diferentes, pero las etapas son las mismas: la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación. Estas emociones se sienten bien personales, pero en este proceso de adaptarte a una vida nueva, quiero decirte que te acompaño y no estás sola. No importa cuáles hayan sido las circunstancias, una pérdida es una pérdida. En mi camino de sanar un corazón roto, espero que estas lecciones te ayuden como me ayudaron a mí.
1. Permítete sentir
¡Grita, llora, patalea! Esa primera noche, después de haber pasado el shock, sentía el alma desgarrada. No entendía cómo era posible ese sentimiento de que te quitaran un pedazo de tu corazón. Pensaba en las madres que pierden a sus hijxs. Si este era el dolor con una mascota, ¡es inimaginable con alguien de tu propia sangre!
No embotelles nada, no intentes hacerte la fuerte. Ya sea llorando, hablando con amistades o escribieron en un journal, encontrar formas de expresar tu dolor puede ayudarte a procesarlo de una manera saludable.
2. Crea un espacio de recuerdos
Dedícale un espacio en tu hogar a tu mascota que honre su memoria. Puedes colocar fotos, una pintura, juguetes, flores o encenderle velas en un lugar especial donde puedas recordar los momentos felices que compartieron juntxs.
Esto me recuerda que en México hay una tradición muy bonita, el Día de Muertos de los animales, celebrada la noche del 27 de octubre. Se le coloca una ofrenda a las mascotas que han fallecido. Se cree que durante esa noche y la madrugada del 28, los perritos, gatos y mascotas regresan a casa a disfrutar de sus alimentos preferidos.
3. Escríbele una carta
Una buena manera de procesar todo lo que sientes, y a la vez tener un cierto cierre con tu mascota (aunque nunca dejarás de sentir su presencia) es poniendo en papel todo lo que quisieras decirle. Desde agradecerle por momentos específicos que tuvieron, pedirle perdón, hacerle una promesa y explciarle por qué fue tan especial para ti. Puedes incluirla en el altar, quemarla o guardarla en tus recuerdos.
4. Separa una fecha para conmemorar su vida
Puede ser su cumpleaños, el día que llegó a tu vida o el que se fue. De cualquier manera, utiliza ese día para honrarle como entiendas, ya sea visitando uno de sus lugares favoritos, haciéndole un dibujo, compartiendo sus fotos o vídeos, sembrar un árbol o ayudar a otros animales que lo necesiten.
5. Cuida de ti mismo y busca apoyo
¡No te dejes caer! Es totalmente normal que superar un suceso como este tome tiempo. A dos años de la partida de mi perrihija todavía la lloro, la siento, la recuerdo, la extraño. Dicen que lo más que hay en el duelo es amor. Poco a poco se aprende a vivir con la realidad del asunto, no significa que tu amor por tu mascota desaparecerá, sino que se transformará. Tu mascota no quisiera verte sufrir o haciéndote daño –consciente o inconscientemente–. Descansa bien, ve a terapia, hidrátate, come, conecta con lo espiritual.
6. No tengas miedo a hablarle
¡Qué te puedo decir! Creo en que hay algo más allá que este plano terrenal. No soy la única que ha sentido la presencia de su mascota en su hogar, luego de fallecida. Son muchos los que reportan este tipo de experiencia. Esto puede ser un feeling de que está ahí contigo, de sentir su calor y su energía amorosa. Me ha pasado que, absolutamente de la nada, digo: siento a Emma. Siento su presencia en los momentos menos esperados, pero que más la he necesitado. Es como un abrazo al corazón.
También puede aparecerse en tus sueños, encontrar sus juguetes en los lugares más extraños, te llega una memoria específica, aparecen otros animales, los olores te recuerdan a tu mascosta.
De cualquier manera, ¡háblale! ¿Por qué no? Actúa como si estuviera ahí contigo, escuchándote, porque es muy probable que lo está. Somos energía, y la energía ni se crea ni se destruye.
7. Vive como si vivieras por tu mascota
En mi proceso de duelo de las afirmaciones que más repetía es que no podía esperar el momento en que nos volviéramos a encontrar. En medio de días muy oscuros, es reconfortante pensar en la idea del Puente del Arcoíris, un lugar donde nuestras queridas mascotas nos esperan felices y pacientemente para reencontrarnos. Es un recordatorio que el amor que compartimos con ellas trasciende la muerte.
Al vivir con la esperanza de que esto pasará, comenzarás a apreciar tu propia vida y a vivirla a través de los ojos de tu mascota. Ser más como era [inserta el nombre de tu bebé de cuatro patas] para llenarle de orgullo, donde sea que esté. Más paciente, más comprensiva, más presente y amorosa. Puedes tener acciones bondadosas que honren su memoria, como donar a una fundación de animales, limpiar espacios en la naturaleza, o incluso hacer foster cuando tu corazón esté listo.
Pon en práctica todo lo que te enseñó, pues la muerte es lo más seguro que tenemos en la vida. Son procesos naturales, que tarde o temprano, tienen que pasar y que un día nos tocará a nosotros. Cuando llegue ese momento querremos decir que amamos incondicionalmente y vivimos cada día como si fuese el último.
8. Utiliza tu dolor para alimentar tu creatividad
El tiempo pasa más lento para aquellos que están doliendo. Por eso usar tu dolor para crear, para alimentar tu creatividad, es una buena manera de ocuparte sanamente. Puedes canalizar tu dolor en proyectos creativos como escribir un libro con la historia de tu mascota, crear un scrapbook con todas las fotos y memorias de su camino juntos, componer una canción o un poema en su honor, realizar un collage o un vídeo recopilando sus recuerdos, crear una galería de arte en una pared de tu casa, o incluso dibujar o pintar. Las posibilidades son infinitas cuando transformas tus lágrimas en arte, cuando utilizas todo ese amor para crear.
Tómate todo el tiempo que necesites. Lamento mucho que estés pasando por esto. Recuerda que mientras viva en tu corazón, vivirá por siempre. Te acompaño en tus sentimientos.
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