Eres una mujer independiente, libre, tienes un puesto importante o simplemente trabajas fuerte por lo tuyo, te proyectas con seguridad y logras cada meta que te propones. Sin embargo, hay un pero. No tienes el mismo éxito cuando de relaciones se trata.
Das lo mejor de ti para hacer que funcionen, pero siempre hay algo que te termina decepcionando y no eres quien de conformarte. A pesar de que sus relaciones amorosas han sido un fail, estas historias son la mejor evidencia de que una relación jamás determinará tu éxito o tu valor propio.
¡Bravo por esas mujeres que saben irse cuando no reciben lo que merecen!
Melissa, 36 años, Profesora de Diseño
“Tengo muchas aspiraciones y no renunciaría a ellas por tener una relación amorosa”
Luego de varios años de mucho trabajo en la industria del diseño, decidí comenzar una maestría en una disciplina distinta. Durante este tiempo conocí a un hombre, el cual aceptó muy entusiasmado comenzar una relación conmigo, a pesar de que le había advertido que mi prioridad era mi carrera profesional en ese momento. Tuvimos muchos periodos difíciles y sacrificados porque yo trabajaba y estudiaba a tiempo completo.
Una semana antes de presentar mi trabajo final, él decidió terminar conmigo porque ‘yo no le dedicaba suficiente tiempo’. Aunque eso no afectó mi deseo de completar mi meta, reafirmé que no puedo dejar a un lado mis proyectos por ningún hombre. A mis 36 años sigo siendo soltera, pero me apasiona lo que hago y lo disfruto. Tengo muchas aspiraciones y no renunciaría a ellas por tener una relación amorosa, aunque sí estaría dispuesta a tener cierta flexibilidad para lograr un balance en la relación.
Karla Cosme, 24 años, Asistente Ejecutiva
“El mayor reto ha sido establecer una relación amorosa con alguien que pueda ir al mismo ritmo que yo”
Desde que comencé mis estudios me enfoqué en lograr mis metas académicas y profesionales. Todo lo que me propuse desde ese momento lo he logrado y actualmente tengo el trabajo que siempre soñé desde pequeña. Contrario a muchas mujeres nunca tuve como prioridad tener la familia perfecta y una casa gigante con un esposo e hijos. He aspirado a otras cosas como seguir desarrollándome profesionalmente y experimentar nuevos caminos.
En el amor no he tenido el mismo éxito que en el trabajo. He compartido con hombres que están conformes con lo que tienen y no aspiran a lograr algo mejor porque sienten que ya alcanzaron su límite de desarrollo. Pienso que eso ha sido el mayor reto: establecer una relación amorosa con alguien que pueda ir al mismo ritmo que yo y que me haga sentir cómoda tanto personal como profesionalmente.
Anónima, 36 años, Profesional de las Comunicaciones
“Mi pareja buscó refugio en una mujer cuyas ambiciones no superaban las suyas, con la que podía sentirse superior”
Hace un tiempo atrás tuve una relación que se extendió por cuatro años. Durante ese periodo gané experiencia en distintas áreas y escalé a posiciones senior en la empresa donde trabajaba. Mi pareja era un chico brillante, pero no tenía las mismas ganas que yo de crecer y desarrollarse en el mundo laboral. Prefería permanecer en su zona de confort e invertir su tiempo y dinero en videojuegos. Sentía que su inacción y estancamiento me afectaban tanto a mí como a la relación.
Cuando esa situación se convirtió en un deal breaker descubrí que mi pareja se comunicaba y se veía con otra chica a mis espaldas. Con esto concluí que mi pareja buscó refugio en una mujer cuyas ambiciones no superaban las suyas y con la que podía sentirse superior, contrario a lo que sentía conmigo. Por mi parte, sé que la persona indicada llegará en el momento indicado. Mientras, disfruto mi soltería y las oportunidades para seguir creciendo como ser humano y como mujer.
Anónima, 38 años, Empresaria
“Decidí dejar a un lado metas por dedicarle más tiempo a esa persona y tratar de fortalecer lo que habíamos desarrollado”
A mis 24 años tuve la oportunidad de compartir con un buen hombre que siempre me dio el espacio para desarrollarme como profesional y alcanzar mis metas durante nuestra relación. Con el paso del tiempo, esperaba ver el mismo resultado de su parte, pues era un hombre inteligente y con las herramientas para lograr cualquier cosa que emprendiese. Sin embargo, la relación se deterioró mucho a raíz de su inacción tanto personal como profesional.
Decidí dejar a un lado muchas cosas, incluso metas, por dedicarle más tiempo a esa persona y tratar de fortalecer lo que habíamos desarrollado. Tuvimos varios periodos de incertidumbre y en dos ocasiones terminamos. En una tercera oportunidad de compartir con él, me di cuenta que haber detenido mis planes por darle prioridad a una relación amorosa no fue la mejor decisión. Actualmente, me siento muy afortunada de tener la capacidad para decidir quién merece mi tiempo y no dejo a un lado mis intereses profesionales sin olvidar que el amor puede tocar mi puerta en cualquier momento y estoy lista para recibirlo.
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