Siempre hay una amiga en el corillo que está súper busy, agenda llena, mil cosas que hacer y supondrías que le va bien, y le va bien, y eso quizás te haga sentir fuera de tono porque simplemente you’re not that busy o simplemente no te sientes en las de ser súper productiva en esta etapa de tu vida. O al contrario puede que seas tú quien no tiene tiempo para nada.
Es normal sentirse así cuando todo el tiempo nos bombardean con mensajes de “keep the hustle”, “work harder”, “don’t give up”. Es como una carrera que tienes que seguir para llegar a… ¡no sabes ni a dónde!Vemos historias de personas exitosas que verdaderamente logran sus sueños después de muchos esfuerzos y sacrificios. So we all do that: we hustle (or at least we try).
Busy or not, es muy probable que todos estamos montados en el mismo barco tratando de entender los cambios inevitables que trae la adultez en nuestras vidas. Somos una generación que busca trabajar en algo que no solo nos apasione, sino que nos pague lo que valemos, en espacios que tengan un higher purpose, que valoren la creatividad y versatilidad del individuo, que podamos viajar, invertir en experiencias, mientras hacemos nuestro trabajo… we KEEP hustling.
lgunos más que otros, pero we all do. Buscamos mejores oportunidades, esperamos lo mejor de nosotros mismos así que se aguanta lo que se haya que aguantar to make it happen.
No fue hasta los otros días que tuve una extraña revelación, influenciada por el hecho de que sigo páginas súper cool en Instagram que hicieron toparme con esto:
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Lo volví a leer: “your worth is not measured by your productivity”. Después de unos meses bien intensos de trabajo, fue como si entendiera al instante que no importara lo productiva que fuese si no trabajaba con otras partes de mí, no podría sentirme en balance conmigo misma y real a mi esencia.
A veces somos nosotros mismos los que nos ponemos presiones irreales para cumplir con un ideal falso de lo que deberíamos estar haciendo.
Mantener la casa limpia, cuidar a los perros, ver a tus papás, salir con tus amigas, trabajar, pagar las deudas, cuidar de ti misma… ¡todo puede ser un poco abrumador! Y si fallamos en una, no nos atrevemos a ser compasivas con nosotras mismas. But we’re only human!
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Nos enfocamos en trabajar por lo nuestro, ejecutar nuestros sueños, nuestras ideas, ponerlas en acción, y llega un punto que se nos olvida trabajar en algunas áreas de nosotros mismos que son igual de importantes, que merecen tiempo y esfuerzo.
En lugar de estar siempre ocupadas y tratando de ser lo más pro activas que podamos, deberíamos enriquecer nuestra vida dándonos el espacio que necesitamos para respirar, descansar y simplemente ser. Porque eso también es importante.
Ser pro activo no necesariamente significa que tienes que llenarte de tareas, también puede significar que te descubras a ti misma, que saques tiempo para ti.
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La astróloga Mía Pineda recomienda mirar hacia dentro para descubrir nuestras zonas incómodas. “Durante muchos años mi zona cómoda fue trabajar sin parar, hacer ejercicios todos los días y no estar quieta nunca. ¿Eso quiere decir que era pro activa? En muchas áreas sí, pero en asuntos muy importantes que tenía que mirar adentro no. Mi zona incómoda era quedarme quieta. Era entender que para poder sentirme libre tenía que aprender a quedarme en vez de correr. Era sentarme con la molestia”, dijo en su página de Instagram.
Y pasa, y por eso es importante sentarnos con nosotros mismos a escucharnos y saber qué queremos para nuestras vidas, y cómo podemos trabajar saludablemente para eso. Tener una buena relación contigo misma, cuidar de tu salud mental, no permitirá que ningún trabajo o responsabilidad te cohiba de disfrutar los pequeños detalles que te regala la vida.
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