Once años y ya yo andaba escondiendo bolsas del shopping excesivo que mami acaba de tener con nosotras, mi hermana y yo. Era como si se tratase del delito más grave: comprar ropa por solo el placer de comprar ropa.
Una condición, casi siempre heredada de nuestras madres, y con pocas probabilidades de curarnos. Uno nunca se recupera del todo.
A través de los años he podido controlarme un poco, y aunque ahora son otras las prioridades, hay ciertas conductas que siempre vivirán en el corazón de toda shopaholic.
1. Comprar la misma pieza en distintos colores
Eres mala tomando decisiones, ¡imagínate escoger de qué color quieres una pieza! La solución más simple es llevarte al menos dos opciones para que tengas espacio a escoger. ¿Qué pasa si mañana te levantas y quieres ponerte los tacos rojos en vez de los verdes? Aghhhh. Es justo y necesario.
2. Ponerse lo que se acaba de comprar mientras hace el shopping
“¿Crees que pueda ponérmela ahora?”, le dijiste a la cajera de la tienda rogando que te permita salir de ahí con tu nueva blusa. Es la excusa perfecta para dejar ir la que tienes puesta, que lo más probable le buscarás cualquier defecto para simplemente poder estrenar la nueva.
3. Las horas sin nada que hacer en el trabajo significan online shopping
¿Tu To-Do del día? Add it to the cart! Yo no sé qué tiene la oficina, pero es el momento perfecto para entrar a todas tus tiendas favoritas y ver qué tienen nuevo. Tienes como mil tabs abiertos y detrás, la pantalla de los emails por si el jefe entra inesperadamente.
—“¿Qué haces?”
— “Nada, aquí verificando lo nuevo de Asos”.
Noup, tú sabes que hay que coolear.
4. Los SAVED en Instagram son de cosas que quiere comprar
Porque tu feed está lleno de boutiques y tiendas, siempre tienes mil cosas que te quieres comprar en los Saved de tu cuenta. Es como si el botón automáticamente lo añadiera a tu clóset (¡ojalá!).
5. Bajar las bolsas del carro es la misión más importante de la SIA (Shopping Intelligence Agency)
Entre menos personas se enteren, mejor. Así nadie juzga tu obsesión con comprar ni te estrena las piezas que te acabas de regalar (las que viven con hermanas podrán entender). Apaga el carro. No hagas ruido. Entra cuidadosamente. ¡Qué el universo esté contigo!
6. Manda a comprar cosas con sus amistades
Tienes advertidas a tus amigas que cada vez que estén de shopping y vean algo que se parezca a ti, te envíen una foto al grupo de Whatsapp. Con eso no se juega. Si una está de shopping, todas están de shopping.
7. Se saben TODOS los sales de sus tiendas favoritas
Los sales son el cielo en la Tierra de cualquier shopaholic. ¿Comprarte 3 piezas por el precio de uno? Yeap. Allí estarás.
8. Tiene el poder de cambiar tu estado de ánimo
Puedes tener hambre, sueño, cansancio, mal humor, coraje, decepción y cualquiera de las anteriores se aliviará porque acabas de comprarte un traje súper bello para el fin de semana que viene. No importa qué te pase, todo se te curará yéndote de shopping.
9. Es como un acto de self-love
Cada vez que tienes duda si comprarte algo o no, recuerdas que al final del día you deserve it así que termina siendo este acto de self-love donde sacas tiempo para ti y hacer algo que te gusta… ¡comprar! Todos sabemos que la ropa tiene la habilidad de hacernos sentir mejor con nosotras mismas.
10. Cuando realizas que se te fue la mano
¿Eres shopaholic si al final no te cuestionas el porqué lo hiciste? Es como si la consciencia se activara únicamente cuando llegas a la comodidad de tu hogar. Ya lo hecho está así que lo restante es rockear el outfit durante el próximo evento que tengas. Eso te hará sentir mucho mejor.
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