Desde Ariel entregando su voz por amor, hasta las expectativas tóxicas sobre quién debe hacer qué, y esa idea de que el amor debe verse de solo una manera, ser perfecto y 50/50. ¿Pero qué pasa cuando la vida real es más complicada que tu ex?
Hablamos de lo que implica amar hoy en la era moderna: el riesgo, la valentía, la negociación de roles y el peso invisible de la economía del cuidado.
Desde la crisis de masculinidad y los «hombres princesos», hasta papelones amorosos con lecciones profundas (y algo de risas), este episodio es para ti si alguna vez te has sentido entre el deseo de ser amada y la necesidad de ser tú primero.
Exploramos relaciones diversas y esa narrativa de “energía masculina vs. femenina” que muchas veces se disfraza de espiritualidad, pero huele a patriarcado disfrazado.
Cada relación es diferente y las relaciones reales no son perfectas. Desde pequeñas nos han vendido el sueño del matrimonio que es el único camino válido para las mujeres. Sin embargo, no sabemos qué hay detrás.
Gracias a la inmediatez, las redes sociales y los power couple goals no estamos dispuestas a trabajar por una relación. No estoy hablando de las relaciones tóxicas o abusivas. No estoy diciendo que trates de construir una relación que no tiene una base justa, de amor y respeto. Sino que cuando estamos en una relación saludable, que te trata equitativamente, sí conlleva trabajo, comunicación y compromiso. Es una decisión constante el nutrir una relación, donde ambos vienen de crianzas y universos diferentes.
Las mujeres hemos luchado tanto por nuestra independencia que ahora muchas prefieren su soltería y paz mental por encima de relaciones que no las llevan a ningún lado. Sabemos de historias de terror que parece que el amor es más un riesgo que es un deseo. ¡Y lo es! No siempre sabemos si va a funcionar o no, pero al final del día tú decides cuáles son tus límites.
Como mujeres independientes y empoderadas, debemos aceptar que necesitar a alguien no te hace menos fuerte. No es débil decir: quiero a alguien con quien construir, alguien que me dé paz, en el que pueda confiar.
Este episodio es un llamado a amar desde la libertad, no desde la falta, y reconocer todo nuestro merecimiento y valor al relacionarnos. A construir, no a resignarse. Y sobre todo: a no silenciar tu voz para ser amada.
Porque amar, amigas… también es reconocer cuándo estás en modo pendejo (y cómo salir de ahí con dignidad y brillo).









































- Esconde COMENTARIOS
añade un comentario ↓